Mas ¡ay Señora!, que yo me veo oprimido por mis vicios, y cargado con mis culpas y pecados, y no puedo levantarme sin los poderosos auxilios de la divina Humor, y sin el cortesía de vuestro cariñoso socorro. Durante este tiempo, puedes meditar en los misterios del Rosario o hacer https://anatolea380qgo2.myparisblog.com/profile