Mas ¡ay SeñAhora!, que yo me veo oprimido por mis vicios, y cargado con mis culpas y pecados, y no puedo levantarme sin los poderosos auxilios de la divina Agudeza, y sin el favor de vuestro cuidadoso socorro. Madre del consuelo, que experimentaste un dolor tan robusto al encontrar a https://napoleonv789foy0.dailyhitblog.com/profile